martes, 2 de abril de 2013

Estela de Carlotto, la abuela que no es abuela.



Estela de Carlotto, la abuela que no es abuela.

 Por Pablo Dócimo



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Periodismo de Verdad: 14 de octubre de 2008

 Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, nacida en 1931, L.C. 3.102.995, docente jubilada, presidenta del grupo activista “Abuelas”, fue, aunque usted no lo crea, compañera y amiga de Marta Bignone (hermana del Gral. Bignone) en la Junta de Calificación Docente de las escuelas Laines de la Provincia de Buenos Aires.



Según declaró en el juicio a las juntas militares el 16/05/85, aseguró haberse entrevistado en 1977 con el entonces Secretario Gral. del Ejército, Gral. Bignone, en la casa del militar en Castelar, la misma que tiempo después fue destruida por una bomba terrorista.

La mujer dijo saber, entonces, “perfectamente” que sus dos hijas militaban clandestinamente en las filas del terrorismo, y que “ya había asumido resignadamente tal problema”.

Pese a su postura activista, existe la certeza de que no pudo ser nunca abuela. Cierto día, a mediados de los 70, llegó a un cumpleaños de la hermana de Bignone sumamente compungida porque ‘su hija casada no podía tener familia’. Se refería a su hija Laura. Cabe aclarar que el hoy ex-marido de esa hija sí tuvo hijos con su nueva pareja.

Pero la historia de Estela de Carlotto comienza a fines de 1977, cuando denuncia la desaparición de Laura Estela Carlotto, su hija montonera, cuyo nombre de guerra Rita, sin mencionar ningún estado de embarazo, tal cual consta en el Legajo CONADEP, caso número 2085, incorporado formalmente al expediente de la causa judicial iniciada por el juez Bagnasco.

En agosto de 1978 le fue entregado el cadáver de esa hija, y según sus dichos, “la entrega del cuerpo fue algo inusual, lo entregaron el mismo día de su muerte”.

En declaraciones muy posteriores a la CONADEP comenta acerca de una ‘información anónima’ recibida en Abril de 1978, según la cual su hija estaba embarazada.

Para demostrar la existencia de un nieto, suele decir: ‘Yo vi a Laura, vi los huesitos de Laura, y por los huesitos de la pelvis, supe que había sido mamá’. Ahora, si la hija era estéril, ¿de que hijos habla ?

Pero esta no es la única contradicción, porque si el cadáver de su hija le fue entregado ‘el mismo día de su muerte”, sólo vio los restos óseos después de haberse realizado la autopsia, que se hizo pasado muchísimo tiempo autorizada por el juez Ortel y dirigida por el científico norteamericano Clyde Snow y la colaboración de estudiantes argentinos de arqueología.

Sin embargo, esa autopsia no pudo demostrar la maternidad de la terrorista muerta.

Esta mujer parece adepta a hacer comentarios con una peculiar imaginación, sin asidero y/o prueba alguna. A David Blaustein, director de la película propagandística “Botín de Guerra”, le dijo: “los apropiadores del Ejército elegían a los varones y los policías a las nenas. Los milicos querían la continuidad de la raza, los policías a las nenas…” (Diario Río Negro, 11/6/2000).

La realidad, que consta en la causa originalmente ante el juez Bagnasco, es que en el caso Carlotto no hay testimonios ni evidencias sobre embarazo, parto y/o sustracción de menor, no hay cuerpo del delito y no se aplica inversión de la prueba.

Dos testigos sólo afirman haber visto a la mujer luego de un presunto parto que no les consta.

La jueza Servini de Cubría, a cargo en su momento del caso Carlotto, ya que Bagnasco llevó la parte del presunto plan sistemático, intentó demostrar que el hijo de un general era ‘el nieto de la Carlotto’.

Pese a las críticas de la presunta “abuela”, el director de la clínica que hizo el ADN mantuvo su dictamen favorable al general.

Nunca se habló más del asunto, pese a la espectacular difusión inicial; como el caso de Mar del Plata en el 2000, sensacionales denuncias, personal de la Armada detenido, y luego un manto de silencio cuando el ADN probó que eran todos hijos verdaderos de los marinos.

A principios de 2002, “Abuelas” ya había recibido U$S. 600.000 (sí, DOLARES) de subsidios del gobierno argentino. Hoy sigue recibiendo dinero del mismo gobierno, del de Italia, del de Alemania, del de Francia y de muchos ingenuos y/o malintencionados más.

Al no ganar el premio Nobel de la Paz para al que “Abuelas” fuera propuesto en 2001, Carlotto comentó: “Quizá se lo dieron a Koffi Anan por el rol que se espera cumpla la ONU en esta guerra tan injusta…” (La Razón, 19/11/01), calificando así de “injusta” a la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, no se priva de aceptar las invitaciones de la ONU ni los premios que le otorgan.

Con esto de la memoria, la Carlotto parece ‘recordar’ cada vez más cosas. Así como no denuncio el supuesto embarazo de su hija en su momento, recién en marzo de 2004 incriminó judicialmente al ex arzobispo Antonio Plaza, diciendo que este participó personalmente de una entrevista en la cual se le pidió a su marido dinero para interceder por su hija terrorista desaparecida. Según ella, ‘era una suma enorme, tanto que para obtenerla, dijo ‘hubiésemos tenido que vender absolutamente todo lo que tenemos’ (El Civismo, Luján, 20/03/04).

Si esto fuera cierto, y aceptando la repugnancia que genera un pedido de rescate, la pregunta es, ¿su hija no valía ‘todo lo que tenemos’?

Claro que todo esto es denunciado cuando monseñor Plaza ha fallecido, lo mismo que su propio marido; es decir, no hay testigos de la veracidad de sus dichos.

Desde la llegada del montonerismo al gobierno, la Carlotto se ha vuelto más mediática que de costumbre. Pero mucha exposición también es peligrosa, tal cual demuestran estas noticias de 2004:

Noticia 1:

‘El abogado Emilio Guillermo Federico Nazar, especialista en Derechos Humanos y director del diario Pregón de La Plata, indicó que ‘la justicia debería demostrar si el nieto de Estela de Carlotto existe o es lo que es: una mentira’.

De esta manera, Nazar hizo referencia a la presentación, que en 2001, había efectuado ante la Unidad Funcional de Instrucción Nº 3 de Dolores, para que ésta se expidiese sobre la existencia o no del nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien aún no ha recibido ninguna respuesta efectiva.

En diálogo con Agencia NOVA, Nazar acusó a Carlotto de llevar adelante una lucha que, según sus propias palabras, ‘no le corresponde’.

Asimismo hizo mención a que, ‘de comprobarse la inexistencia de su nieto nacido en cautiverio, las reuniones mantenidas en el Vaticano con el Papa y su candidatura a la obtención del Premio Nóbel de la Paz, quedarían injustificadas’ (cable de la agencia Nova, del 13/05/04). Pese a la seriedad de la denuncia, sigue durmiendo en el escritorio de algunos de nuestros ejemplares magistrados.

Noticia 2:

‘Otros elementos del conflicto son las disensiones entre grupos de madres: las que rodean a Bonafini se oponen a las que prohíja Horacio Verbitsky, y todos ellos contra Estela de Carlotto, amiga de Solá y progenitora del secretario de Derechos Humanos de la Provincia, que la insacularon presidenta del Comité Bonaerense de la Memoria, al costo del erario provincial:

Un fallo inminente podría obligar a Carlotto a devolver 10.000 pesos por des manejo en las cuentas, de lo cual Carlotto acusa a Gabriela Cerrutti, del grupo Verbitsky.’ (La Nueva Provincia, 24/03/04). Como era de esperar, el asunto ‘desapareció’ de los medios…

El abogado actual de Estela Carlotto es Ramón Torres Molina (D.N.I.Nº 5.176.035), ex-diputado por el FREPASO-Alianza, ex dirigente del peronismo revolucionario (terrorista), autor del proyecto de ley que permitió la libertad de los terroristas de La Tablada, condenado por doble homicidio y robode bancos, puesto en libertad por la Ley de Amnistía de Mayo de 1973, que liberó a miles de terroristas ya juzgados y en espera de juicio, y luego ‘Director Ejecutivo de la unidad especial de investigacion de la desaparición de niños como consecuencia del accionar del terrorismo de Estado’, una nueva comisión especial creada por K. y su séquito. ¿Las comisiones especiales no están prohibidas por la Constitución Nacional? Sí, pero como ya tuvimos una CoNaDep, y Juicios de la Verdad, entonces sigamos, eso sí, con presupuesto, sueldos, oficinas, etc. pagadas por nosotros.

Todo lo expuesto nos remite a conocidos axiomas y refranes: ‘Todo queda en familia’, ‘Miente que algo queda’, ‘Dios los cría y ellos se juntan’, ‘Tal para cual’, etc.

Pero la cruda triste realidad, es que gente como la falsa abuela Carlotto tiene acceso directo al gobierno montonero, influye en las decisiones referidas a la Educación y a la Legislación para nuestros hijos menores, tiene injerencia en los asuntos jurídicos y vaya a saber qué más.



Pablo Dócimo

Locutor y Periodista

Fuente: Notiar

viernes, 29 de marzo de 2013

Carta de familiares de Susana Viau a Gabriela Cerruti


Carta de familiares de Susana Viau a Gabriela Cerruti/ 29 de marzo de 2013.

Señora Gabriela Cerruti:

La familia de Susana Viau (esposo, hijos y hermana) queremos contestar los dichos que usted ha vertido en Facebook y Twitter hablando sobre ella. En sus comentarios se faltó a la verdad al establecer un paralelo entre lo que usted llama "campaña" contra Horacio Verbitsky y "la disputa canallesca sobre la memoria de Susana Viau": la homologa a alguien con quien, como usted bien sabe, ella estaba enfrentada hace años y a quien consideraba, entre otras cosas, un cortesano del poder. Canalla es escribir lo que usted escribió sabiendo que ya no le podría contestar. Difícilmente sea casual que usted no se haya cansado de fatigar los programas donde se sometía y somete a la burla y el escarnio a otros periodistas opositores como ella.

Resulta paradójico que usted hable de una "disputa canallesca" por su memoria y a la vez ponga en su boca comentarios desfavorables contra el medio en el cual publicó sus notas hasta que debió dejar de escribir, medio con el que usted tiene sabidas diferencias, al igual que con el periodista Jorge Lanata. Dice dejar asqueada el periodismo; a nuestro entender, lo hace para introducirse en lo peor de la política, como estas operaciones en las que se que trata de sacar ventaja incluso de la muerte.

Conocemos bien el marco en el que se dio el encuentro azaroso que usted menciona, en el barrio de San Telmo, lugar en el que vivimos desde hace veinte años. Fue en un bar contiguo al centro cultural que usted dirige, espacio que ella nunca quiso frecuentar. Decimos azaroso porque en Twitter usted descalifica a alguien que se queja, precisamente, de que hable ahora que Susana no puede responderle, con las palabras: "Fue mi amiga. No tuya". Nos permitimos corregirla: Susana no la consideraba entre sus amigos.

Lo que usted llama "cuestiones mundanas" constituía, ni más ni menos, la ideología de Susana. Una unidad de ideas políticas que la mantenían en la vereda opuesta a la que usted ha elegido. Ella se consideraba opositora a este gobierno y era muy distinta a la conductora del proyecto político que usted defiende: sabía vivir, pensar y trabajar en disidencia.

Por eso queremos agradecer y no criticar a aquellos que, en las antípodas de sus convicciones, compartieron información, entrevistas, charlas, comidas, y sobre todo, respeto mutuo y muestras de afecto para con ella y nosotros.

jueves, 28 de marzo de 2013

Alfabetización siglo XXI


Alfabetización siglo XXI




  Por Adrián Paenza


Es un momento muy particular del país: entiendo que la noticia principal, tapa de todos los diarios del mundo, sea Bergoglio elegido Papa. De acuerdo. Pero el martes 12 de marzo se produjo un acontecimiento que no vivíamos desde hace más de 60 años: se convoca a un acto en la Casa Rosada para que una presidenta y un ministro de un área que nunca existió anuncien que hay un grupo de personas que está pensando el país que se viene. O, por lo menos, un país posible, el que nos gustaría ser.

Sí. Aunque parezca loco, por primera vez desde que yo recuerde, parece como que nos hemos decidido a que “no nos vaya saliendo ‘país’ a medida que lo vayamos viviendo”, sino que hemos decidido “planificarlo”. Una obviedad: planificar el futuro. ¿Qué país queremos ser? ¿Viviremos toda la vida pendientes de la ganadería y del campo?(1) No reniego de nuestros recursos naturales tradicionales: muy por el contrario. Pero teniendo tanto potencial, ¿podemos seguir dependiendo de si sube o no la soja?

Creo que podemos permitirnos ilusionarnos con algo más, pero para eso hacía falta dar un primer paso, un enorme primer paso, y eso fue lo que anunciaron Cristina Kirchner y Lino Barañao: aumentar el presupuesto de Ciencia y Técnica. Llevarlo del 0,65 por ciento del PBI que se invierte ahora al 1,65 por ciento.

¿Tiene noción usted de lo que significa este anuncio? Lo voy a poner en perspectiva: cuando elegimos presidente en 1999, voté a la Alianza porque –entre otras cosas– en la plataforma figuraba que si llegaban a ser gobierno aumentarían el presupuesto de Ciencia y Técnica de un 0,4 por ciento al 1 por ciento. Es decir, dos veces y media la inversión que se hacía hasta el momento. Yo me lo creí.

Cuatro meses después de la elección, Horacio Verbitsky y yo entrevistamos a Dante Caputo, quien había sido designado secretario de Ciencia y Técnica, el equivalente de lo que hoy es Lino Barañao, pero sin el cargo de ministro, con un rango muchísimo más inferior. Siempre creí que querían premiar a Caputo ofreciéndole algo, y como estaban todos los lugares ocupados y quedó libre Ciencia y Técnica, hacia allá fueron. Pero me desvié. Cuando le preguntamos si el aumento se haría por etapas y de dónde se conseguirían los recursos, Caputo me miró fijo y me contestó (sic): “Pero Paenza, usted sabe que esos números son imposibles. Es mucho dinero. Es un número inalcanzable”.

Es decir, tanto yo como todos aquellos que elegimos leer la plataforma de un partido para saber por qué habríamos de votar a unos y no a otros, fuimos virtualmente “estafados”. Peor aún: Caputo lo asumía con total naturalidad, como quien entiende que el arte de la política es engañar a quienes necesitan seducir para conseguir los votos. Una vez conseguido el objetivo, escaparse con el botín sin despeinarse.

Pero vuelvo al presente. Curiosamente, el anuncio reciente involucra –aproximadamente– multiplicar el porcentaje actual otra vez por 2,5 como en la época de la Alianza. Por supuesto, no sé cuál va a ser el futuro de este proyecto, pero si miramos lo que fue pasando en estos últimos nueve años en el país desde que los Kirchner están al frente del Poder Ejecutivo, tengo derecho a decir que me siento muy confiado. Por supuesto, ahora habrá que implementarlo y, sobre todo, financiarlo.

El país, de acuerdo con este plan, apunta hacia algunos objetivos muy concretos y estratégicos, pero yo me quiero detener en uno muy especial: la generación de software. Sígame por acá.

Una nueva definición

Supongamos que se diera este diálogo imaginario entre usted y yo:

–¿Cuál es su definición de la palabra “alfabeto”? –pregunto yo.

–Una persona que saber leer y escribir –contesta usted.

–¿Seguro? –repregunto yo.

–Mmmmm, sí... seguro –sigue usted, pero dudando un poco.

¿Dudaría? Es decir, ¿contestaría usted que una persona se define hoy como alfabeta si sabe leer y escribir? Creo que es fácil detectar que esa definición estaba bien hace 50 años... o 100 años, pero ¿y hoy? ¿Podría afirmar que una persona que solamente sabe leer y escribir es una persona preparada para enfrentar la vida sin dar ventajas como lo estaba hace un siglo? Ciertamente son condiciones necesarias, pero ¿suficientes?

Lea con cuidado los siguientes dos párrafos (que involucran viajar desde la “a” hasta la “z”) y yo la/lo reencuentro más abajo:

“Hoy nuestra sociedad está viviendo una nueva revolución, sólo comparable a hechos históricos como la invención de la imprenta:

a) teléfonos inteligentes,

b) libros electrónicos y lectores/tabletas para de esos libros,

c) comercio electrónico,

d) consolas de videojuegos,

e) centros de procesamiento de datos corporativos “en la nube”,

f) supercomputadoras para cálculos científicos,

g) fotografía digital,

h) edición de imágenes y edición de musical digital,

i) audio y video on line,

j) navegación guiada por GPS,

k) robots que suplantan a los humanos,

l) control de crucero adaptativo en automóviles,

m) sistemas de control en tiempo real en vehículos híbridos,

n) vehículos robotizados,

o) Internet,

p) correos electrónicos (e-mails),

q) motores de búsqueda,

r) redes sociales,

s) imágenes médicas digitales,

t) cirugías asistidas por computadora,

u) análisis de datos a gran escala que permiten la medicina basada en evidencias y la nueva biología,

v) hojas de cálculo y procesadores de texto,

w) revoluciones en control de inventarios, cadenas de producción y logística,

x) códigos de barras creados automáticdamente,

y) traducciones automáticas de lenguaje natural,

z) reconocimiento de voz.

Los que figuran arriba son los ejemplos más visibles.

Ahora, segundo párrafo: “Estos sistemas, herramientas y servicios pertenecen a un dominio muy vasto, que continúa creciendo, conocido bajo la denominación de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Pero estas tecnologías no se limitan a esas aplicaciones y son en gran parte responsables de la revolución de la biología molecular, con impacto en la salud y la alimentación, o de que muchas industrias hayan mejorado sus productos y los han hecho más seguros y eficientes. Por ejemplo en la industria aeronáutica, el Boeing 787, conocido como Dreamliner, 20 por ciento más económico que los jets que lo precedieron, no se podría haber diseñado ni construido sin el concurso del software. Su predecesor, el Boeing 777, fue el primer avión cuya aerodinamia fue simulada completamente por computadora, sin la utilización de túneles de viento, y ha tenido apenas dos accidentes en 17 años de servicio. Las tecnologías de pronósticos meteorológicos descansan fundamentalmente en la potencia de cálculo y la eficiencia de los algoritmos programados para resolverlos”.

Me detengo acá: estos dos párrafos están extractados de un informe que preparó la Fundación Sadosky(2), y que está –en parte– inspirado en un reporte presentado a Obama y miembros del congreso norteamericano(3).

Es obvio que hay muchísimo para debatir porque esto recién empieza, pero propongo de entrada sumarme a lo que está sucediendo en el mundo: ¡hay que enseñar a programar en las escuelas! Sí, a programar. Y cuando digo escuelas, me refiero a las escuelas primarias y secundarias.

La pregunta que yo quiero hacerle a usted (y me la hago a mí también) es: “¿Queremos subirnos al siglo XXI o no?”. El propósito es empezar a discutir los cambios que debería sufrir (o disfrutar, para elegir un término mejor) el sistema educativo. Tal como está, no sólo atrasa, sino que corremos el peligro de quedarnos afuera de la nueva revolución. Y lo peor es que tenemos todas las herramientas para que eso no suceda. Continuará.

(1) Ni siquiera sé si esto es cierto todavía, pero si no lo fuera, siéntase libre de reemplazar donde dice “ganadería”/”campo” por lo que corresponda.

(2) La Fundación Sadosky, tal como ellos se presentan en su página web, “tiene por objetivo promover la articulación entre el sistema científico-tecnológico y la estructura productiva en todo el ámbito de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), a través de distintos programas y proyectos orientados a mejorar la competitividad y hacer llegar los beneficios de las TIC a toda la sociedad”.

(3) Reporte al Presidente y al Congreso de los EE.UU. “Diseñando un Futuro Digital”. Investigación y Desarrollo financiado con fondos federales en Tecnologías de la Información y Comunicación. Consejo Presidencial de Asesores en Ciencia y Tecnología. Diciembre 2010.
 

martes, 26 de marzo de 2013

Caza de brujas




OPINIÓN LANATA
Caza de brujas
POR JORGE LANATA

22/03/13
La caza de brujas duró desde la Bula “Summis desiderantes afectivus” en 1484 hasta la Bula Pro Formandis en 1657. Para Jack Holland, en “Una breve historia de la misoginia”, la cantidad de mujeres quemadas por brujas varía de 60.000 a 2 y 5 millones, según las fuentes. Es una paradoja que quien desató la caza de brujas en la historia, la Iglesia católica, sea ahora quien la sufra.

Las brujas se cazan en la niebla y, si no hay, nada mejor que provocarla para que oculte la cacería. La reacción del Gobierno frente al nombramiento de Bergoglio no sólo fue patética por el repentino cambio de posición, que provocó vergüenza ajena: también lo fue porque se basó en datos que fueron desmentidos por sus propios protagonistas. Y, en verdad, resultó ser un boomerang fatal: a los supuestos secuestrados por la delación del Papa le aparecieron decenas de otros a los que el Papa había ayudado.

“Nosotros nos fuimos de Buenos Aires aproximadamente en 1975”, me dijo en la radio el cura Enrique Martínez, de la parroquia Anunciación del Señor de La Rioja, salvado por Bergoglio.

- El era muy amigo de Angelelli, ¿no?

(Obispo local asesinado por la dictadura en 1976) -Eran amigos, sí, inclusive más... ahora que ya está lejos no le va a dar enojo que cuente que Bergoglio nos bancó de su bolsillo los gastos de nuestra estadía mientras estábamos ocultos en Buenos Aires - ¿Y qué pasó cuando te enteraste de las acusaciones?

-Mirá…las tomo como de quien vienen… son totalmente infundadas. No puede ser que un tipo entregue a dos compañeros y proteja a tres extraños como éramos nosotros… El testimonio de Martínez fue ratificado por Miguel La Civita, actualmente párroco en Villa Eloísa, cerca de Rosario en dialogo con Clarín: “Ayudó a mucha gente a salir del país, gente que pasaba por el Colegio Máximo haciendo retiros, aparentemente. Pero se sabía que era porque necesitaban esconderse, era algo normal. Recuerdo que al padre Vicente Ramos, jesuita, le decía que debía irse e incluso nos pidió que lo ayudáramos a convencerlo. Terminó radicándose en Uruguay, en un pueblito cercano a Brasil.

La difundidísima denuncia de Yorio y Jalics hecha por Horacio Verbitsky fue desmentida, durante la semana, por el propio Jalics que dijo: “Estos son los hechos: no fui denunciado por Bergoglio ”.

El domingo 17 de marzo su compañero de Página 12 Santiago O’Donnell, avergonzado por la situación, publicó una nota autocrítica. Pero le cambiaron el título, aunque se trataba de una columna de opinión.

“Mi columna se llamaba “Perdón” y no “Dudas”. Me cambiaron eso sin avisarme. Subiré al blog el original. Disculpen”, twitteó el mismo domingo, “Si uno mete la pata hay que pedir perdón ”. La actitud de Verbitsky fue exactamente la contraria: ratificó la información desmentida por su protagonista, y la amplió: “Otros dos curas, Luis Dourrón, que luego dejó los hábitos, y Enrique Rastrellini, también actuaban en el Bajo Flores. Bergoglio les pidió que se fueran de allí y cuando se negaron hizo saber a los militares que no los protegía más, y con ese guiño los secuestraron”.

Al día siguiente Rastrellini estuvo con Santo Biassati en la pantalla de TN: sólo tuvo palabras de agradecimiento para el Papa.

El problema de subirse al ropero a dictar clases de moral es que somete a uno al espejo.

Horacio Verbitsky fue, a los 23 años, a trabajar con su papá Bernardo a la redacción de la revista Confirmado, dirigida por Jacobo Timerman. En el staff del número del 26 de agosto de 1965 figura como último en la línea de redactores. Y logró allí una carrera ascendente: en el número del 11 de agosto de 1966 ya figura como jefe de Redacción. Lo curioso es que Confirmado fue, como definió Hugo Gambini en 2003 en La Nación, “el buque de guerra que más bombardeaba al gobierno”. La revista de Timerman tenía el único objetivo de derribar el gobierno constitucional de Arturo Illia, y lo cumplió. Confirmado apoyaba con total descaro al general Onganía como única tabla de salvación posible ante la lentitud y la inoperancia de los radicales. Fueron justamente Confirmado y Primera Plana quienes bautizaron a Illia como “la tortuga” y destacaban el papel político de las Fuerzas Armadas.

Verbitsky hijo era su jefe de Redacción.

Por confesiones públicas del propio Verbitsky sabemos que dejó de pertenecer a los Montoneros en 1977. Varios trabajos que analizaron la guerrilla en Argentina lo muestran como el segundo hombre en Inteligencia de la organización, después de Rodolfo Walsh. Curiosamente, Walsh fue asesinado y Verbitsky ni siquiera salió del país: se mantuvo con su nombre y documento real durante toda la dictadura en Buenos Aires. Hace un tiempo este dato trascendió en medio de una polémica con Marcos Aguinis, que incluyó un cruce de cartas acusatorias con Pedro Güiraldes, hijo del comodoro Juan José Güiraldes, (a) “El cadete”.

“Mi padre y Verbitsky se apreciaban y respetaban, coincidían en algunas cosas –dijo Güiraldes a Clarín– y pensaban distinto en otras. Sus contactos eran la continuidad de la amistad de mi padre con Bernardo, padre de Horacio, y su relación profesional comenzó a mediados de los años sesenta. Me consta que Horacio colaboró con mi padre en el libro “El poder aéreo de los argentinos”, y también en la corrección de discursos del jefe de la Fuerza e integrante, claro de la Junta Militar, porque mi padre me lo comentó específicamente”.

“Mostremos también que nuestras almas no se han contaminado con la pestilencia de lo que debimos limpiar ”, dijo el brigadier Agosti al transmitir el cargo de jefe de la Fuerza al brigadier Graffigna, en un discurso”.

¿Lo habrá escrito Horacio o El Cadete, o ambos?

En plena dictadura y en horario de oficina, Verbitsky concurría a la oficina de Güiraldes frente al parking de la Fuerza Aérea.

“En la oficina de mi viejo funcionaba el lobby militar ”, recuerda Pedro, el hijo de Güiraldes.

La oficina quedaba en Paraguay 727, quinto piso A y el teléfono era 31-3503.

La participación de Verbitsky en el libro “El poder aéreo de los argentinos” es pública, y el libro puede consultarse al día de hoy en la Biblioteca del Círculo Aeronáutico. Está editado el 31 de mayo de 1979, y allí dice el Comodoro: “Este libro no hubiera podido llegar a las prensas de no haber recibido permanente aliento y la eficaz colaboración de Horacio Verbitsky ”. Está editado por la Dirección de Publicaciones de la Fuerza Aérea.

El papa Francisco fue elegido el 13 de marzo. Al día siguiente, si uno buscaba “Horacio Verbitsky” en Wikipedia, decía: “Hacia marzo de 2013 se convirtió en el periodista más consultado del mundo respecto del nuevo Papa, Jorge Bergoglio”. ¿Lo habrá actualizado él mismo tan rápido? ¿Será todo esto una cuestión de vanidad?

Investigación: JL / María Eugenia Duffard / Amelia Cole

lunes, 25 de marzo de 2013

24 de marzo de 1976 MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS


24 de marzo de 1976
MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS

 Es muy difícil, después de más de treinta y cinco años, decir algo —o escribir, en este caso— sobre el nefasto golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y no caer en la redundancia o aportar algún dato nuevo.


    Sin embargo, para quien suscribe, a pesar de haber pasado tanto tiempo, existen algunas preguntas a las que todavía no he podido encontrar respuestas. Estas preguntas devienen de un pensamiento filosófico que es “historia no comprobable”. Historia no comprobable sería, por ejemplo, preguntarse qué hubiese pasado si Herminio Iglesias no hubiese quemado el ataúd en el acto de cierre de campaña de octubre de 1983. Seguramente, y esto sería lo no comprobable, la fórmula Luder-Bitell habría resultado vencedora.
    Y aquí surgen mis primeras preguntas: ¿Qué medidas hubiese tomado el gobierno Justicialista con los responsables del “proceso”? ¿Se habrían animado a enjuiciar y enviar a prisión a los genocidas cuando todavía tenían las armas en sus hombros? Y con los guerrilleros ¿qué hubieran hecho?
    Vale recordar, que la plataforma política del Justicialismo proponía una especie de indulto implícito o encubierto o de hecho o como más le guste llamarlo, tanto para los militares como para los subversivos; esto abre otra incógnita: ¿No hubiese sido “olvido y perdón”?
    Pero, lamentablemente, aquí no terminan mis preguntas sin respuestas. También me gustaría saber qué tendrían que haber hecho las fuerzas de seguridad (Ejercito, Gendarmería, Policía, etc.) en los años 1973, 74, 75, 76; ¿Permitir que se realicen atentados involucrando a gente inocente y quedarse de brazos cruzados?
    Volviendo a la historia no comprobable, supongamos que los “revolucionarios” hubiesen resultado vencedores en su “lucha armada”, ¿No hubiesen tomado el poder por la fuerza al igual que los militares? Y eso, ¿No sería también un gobierno de facto o una dictadura como la que estamos criticando?
    Pero esta pregunta sin respuesta me lleva a otra un tanto mas profunda: ¿Qué hubiesen hecho —siempre siguiendo con la historia no comprobable— los extremistas (en caso de haber vencido, por supuesto) con los militares? ¿No tendríamos otro tipo de desaparecidos?
    Por ultimo, quisiera que el lector reflexione y se haga a sí mismo las siguientes preguntas: ¿Los terroristas, no secuestraban, no mataban, no torturaban, incluso a personas inocentes? Por otro lado, ¿Cuál era el sentimiento de la gente, en su gran mayoría, en ese momento?
    En este punto, me siento en la obligación de aclarar (en el caso que haya algún lector distraído o malintencionado) que bajo ningún punto de vista se pueden justificar las atrocidades que se cometieron en nombre del “Proceso de Reorganización Nacional”, pero tampoco se pueden olvidar actos criminales cometidos por el otro bando.
    Hoy, ya a la distancia, parecería que unos fueron los buenos y otros los malos, especialmente después de la asunción del ex Presidente Néstor Kirchner, quien en el año 1983 formaba parte del mismo Justicialismo que proponía perdonar y olvidar a ambos bandos y del mismo Justicialismo que en el año 1990 indultó, también a ambos bandos; y cuyo acto “progresista” más audaz fue descolgar un cuadro y rodearse de ex terroristas, premiándolos con ministerios, asesorías, bancas en el Congreso y otros puestos, cuando deberían estar tras las rejas junto con los militares del proceso.

Pablo Dócimo

COLABORACIONISTAS K


COLABORACIONISTAS K
Por Guillermo Cherashny
El presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, el radical Julio César Martínez, denunció que el Director Nacional de Inteligencia Estratégica Militar, Carlos Aníbal Aguilar, se desempeñó como PCI (Personal Civil de Inteligencia) de la Fuerza Aérea durante el período 80-83, es decir, en el proceso militar. El mismo Aguilar confirmó la acusación diciendo que era un simple analista de estrategia. Lo que olvida decir este personaje es que, por aquel entonces, trabajó codo a codo con el presidente del CELS, Horacio Verbitsky, mano derecha de Rodolfo Walsh en Montoneros. Pero a diferencia de éste, que murió en combate, el mercenario kirchnerista de Página 12 colaboró con las autoridades militares y delató a sus compañeros, trabajando para la Jefatura II de Inteligencia de la Fuerza Aérea. Verbitsky dependía del entonces joven brigadier Basilio Lami Dozo, a propuesta del comodoro Juan José “Cadete” Güiraldes. En realidad, Verbitsky ya había trabajado para la Fuerza Aérea durante el gobierno de Juan Carlos Onganía, por haber tenido una participación importante en la gestación del golpe contra Arturo Illia desde sus columnas del semanario Confirmado.
El verdadero ministro
En realidad, el factotum del CELS es el verdadero ministro de Defensa, porque la titular formal en ese momento ( Hoy Ministra de Seguridad), Nilda Garré, está manejada por el delator. Martin Andersen, el famoso periodista americano autor de Dossier Secreto -un libro sobre la guerra sucia en Argentina- y ligado al partido Demócrata, dice que Verbitsky “era un montonero de poca monta o un delator”, aunque según nuestras fuentes podría ser las dos cosas a la vez, por algo Martín Grass, hoy Subsecretario de Derechos Humanos, siendo oficial montonero, viajó a Perú en junio del 76 para ejecutar la sentencia de muerte contra Verbitsky ordenada por la conducción de esa organización. Pero terminó perdonándole la vida. Como reconocimiento, Verbitsky le pagó a Grass con la Subsecretaría de Derechos Humanos.
En cuanto a la Ministra Garré, su vida apacible durante el proceso es motivo de sospecha, ya que, siendo la esposa de Juan Manuel Medina, vivió en total tranquilidad del 76 al 83 y una sola vez fue detenida por un día para disimular. Lejos de esconderse, en pleno proceso se mostraba públicamente, haciendo política en las cercanías del entonces presidente del PJ, Deolindo Felipe Bittel. Se supone que debería aparecer en la lista de espías del batallón 601 recientemente difundida. Pero claro, obviamente ella se pudo tachar.
Lo importante es que volvió la delación en el interior de las Fuerzas Armadas. Especialmente en el Ejército, con casos como el pase a retiro del general Hernán Prieto Alemandi por una supuesta reunión con Julio Cobos. Se trata de la misma metodología que el gobierno, a través del proyecto del diputado Alejandro Rossi, trata de imponer en la justicia, por el delito cometido por algunos jueces al emitir fallos contra el gobierno. Los kirchneristas saben que si les pierden el miedo están liquidados.
Por Edgardo Arrivillaga comentando una nota de Cherassny y fuentes propias.
harrymagazine.com

domingo, 24 de marzo de 2013

1976: las "otras" cartas de Rodolfo Walsh





Por Claudia Peiró cpeiro@infobae.com

El texto que el escritor envió a la Junta Militar en el primer aniversario del Golpe del 76 ha sido ampliamente difundido, a diferencia de otros escritos suyos que apuntaban a la responsabilidad de la guerrilla.

El “relato” dice que Rodolfo Walsh fue asesinado por haber osado denunciar a la dictadura de 1976 en aquella famosa Carta Abierta del 24 de marzo de 1977. Pero, aunque sin duda ése era motivo suficiente para convertir al periodista y escritor en blanco de la represión ilegal, la verdad es otra.

Y, en momentos en que diversas vertientes de una izquierda hipócrita y desmemoriada se preparan una vez más para condenar sin autocriticarse ni asumir responsabilidad alguna en los acontecimientos que ensangrentaron al país, es oportuno volver sobre las verdaderas circunstancias que rodearon la muerte de Rodolfo Walsh.

El periodista y escritor era en aquel tiempo miembro de la organización Montoneros y, como tal, se cansó de advertir a sus camaradas que la estrategia del grupo era equivocada y suicida. No sólo eso: también elevó a la conducción –Mario Firmenich y otros- una propuesta de ofrecimiento de paz, de cese de las acciones armadas y de repliegue organizativo que, de haber sido aplicada, habría evitado muchas muertes inútiles.

Las lúcidas advertencias de Walsh están contenidas en una serie de documentos internos elevados a los jefes Montoneros. Por ejemplo, el 11 de noviembre de 1976, escribía autocríticamente: “Después del 24-3-76 (…), decidimos que las armas principales del enfrentamiento eran militares y dedicamos nuestra atención a profundizar acuerdos ideológicos con la ultraizquierda”.

En el mismo documento, subrayaba el hecho de que la dictadura –contra lo que hoy podría pensarse escuchando tantas encendidas proclamas contra el Golpe del 76- no estaba políticamente aislada en el país, sino que contaba con muchos apoyos: “No es cierto que haya fracasado el aperturismo [del Proceso]. Ejemplos: el PC [Partido Comunista] no participa en los conflictos, mientras negocia con el gobierno a través del Partido Intransigente y le paga viajes a Lázara y García Costa para que viajen al Congreso de la Internacional Socialista a defender a Videla; la UCR no rompe a pesar de todos los agravios, incluidos Solari Irigoyen y Amaya1; la reacción de la Iglesia es tibia comparada con todo lo que han hecho y con los episcopados de Chile y Brasil, donde por mucho menos se enfrentan abiertamente con las dictaduras”.

“No es cierto que no tengan armas políticas –insiste más adelante. Hacen toda clase de esfuerzos para no enajenarse a los partidos y a la burocracia sindical y logran resultados. La burocracia los ayuda a pasar la prueba de la OIT. Osella Muñoz y Vanoli se niegan a declarar por los derechos humanos en EEUU. Los radicales tienen varios embajadores (…). Ellos hablan con todos los que nosotros dejamos de lado para irnos a discutir con el ERP y el PC.”

Walsh destaca en ese mismo documento que la dictadura tampoco estaba aislada en el mundo, donde contaba con el curioso respaldo del bloque comunista: “Hay un notable exceso de optimismo. Al enemigo la situación internacional lo mejora. Consigue créditos para su objetivo inmediato de refinanciar la deuda y mantiene excelente relación con el bloque soviético que con su importancia los salva en el sector externo. La exposición soviética en Buenos Aires muestra que no se trata de coletazos de la relación con Gelbard sino de una política que se mantiene con el actual gobierno”.

Augura un uso político de los derechos humanos

Y a continuación, agrega algo muy significativo: “Ya dijimos que no los vemos aislados a ellos [en el plano internacional]. Sobre derechos humanos, queremos agregar que es cierto que han perdido muchos puntos, pero esto forma parte de una política del imperialismo, que aprieta con dos pinzas: la económica y la de los derechos humanos, para mejor someter a nuestros países. Los mandan a matar y después aprietan. Además ahora van a institucionalizar los derechos humanos, creando comisiones dirigidas por ellos, para regular las denuncias como mejor les convenga”.

Walsh no elude la autocrítica sobre el accionar armado: “Nuestras armas también son violatorias de las convenciones internacionales”. Y hace también referencia a la actitud de las organizaciones guerrilleras respecto al golpe, una verdad que contrasta con la versión interesada de sus voceros supérstites de hoy, de oponentes a la dictadura: “Falta una autocrítica en serio, porque nosotros dijimos en 1974, cuando murió Perón, que queríamos el golpe para evitar la fractura del pueblo y, en 1975, que las armas principales del enfrentamiento serían las militares”.

El 13/12/76, ya Rodolfo Walsh empieza a esbozar lo que es su propuesta para sacar a la organización de la situación desesperada en que se encuentra y evitar un número cada vez mayor de bajas. En la serie de puntos elevada al Consejo (es decir, a la jefatura de la guerrilla), partía del reconocimiento de “que las OPM [organizaciones político militares] han sufrido en 1976 una derrota militar que amenaza convertirse en exterminio”.

Por lo tanto, proponía un repliegue estratégico, resistencia en lo táctico, mimetizarse en el peronismo, “retirar del territorio nacional a la Conducción Estratégica y a las figuras ‘históricas’” para reducir el riesgo de su captura o muerte,  “definir la seguridad individual y colectiva como criterio dominante”, para lo cual era necesario flexibilizar el funcionamiento de la organización tendiendo a una mayor autonomía de cada célula, para limitar el riesgo de captura – delación – captura…

Es llamativo que, de todo lo que Walsh propuso, lo único aceptado por los jefes montoneros fue  su propia retirada del territorio nacional –marcharon a Europa donde se pusieron a salvo de la persecución- mientras que la seguridad individual que él quería poner como prioridad fue desatendida y se mantuvo el funcionamiento demencial que llevaba a las caídas en cadena.

Precisamente de ese encadenamiento infernal fue víctima Rodolfo Walsh, a quien no fueron a buscar a su casa por escribir una carta –no puso en la misma su remitente, ya era un militante clandestino para ese entonces- sino que fue abatido en una cita “cantada”.

Evitar más muertes

La propuesta que había formulado para poner fin a la lucha armada y sacarle el cuerpo a la represión, y que la conducción montonera desdeñó, habla a las claras de la lucidez del autor de Operación masacre. De haberse adoptado, muchas personas se habrían salvado, lo cual explica en buena medida la oscuridad en la cual los exégetas deshonestos de Rodolfo Walsh han mantenido estos escritos, reduciendo su pensamiento y bastardeando su memoria.

El documento “Aporte a una hipótesis de resistencia”, fechado el 2 de enero de 1977, sugería que Montoneros hiciese un “ofrecimiento de paz”, reafirmando la justicia de su lucha pero reconociendo la derrota militar. Su propuesta era que “ambas partes” reconociesen “la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la vigencia de sus principios bajo el control internacional” y que “ambas partes” también reconociesen que “el futuro del país debe resolverse por vías democráticas”.

 “Lo primero, escribió Walsh, implica por parte del gobierno militar el cese de fusilamientos ilegales y torturas, la publicación de la nómina de detenidos, la vigencia del recurso de Habeas Corpus y el restablecimiento de la opción para abandonar el país para los detenidos no procesados”. Y por parte de Montoneros, implicaba “el cese de toda acción militar antipersonal y el uso de las armas solamente en defensa de la vida o la libertad”.

En un documento fechado el 5 de enero de 1977, Walsh advirtió que “en el último trimestre de 1976 el número de muertos en el campo popular osciló entre 200 y 300 por mes”.

En la célebre Carta Abierta a la Junta Militar, Walsh ya denunciaba “quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados” que eran “la cifra desnuda del terror”. “Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio”, acusaba.

Pero la lectura de los otros documentos que en paralelo estaba escribiendo, permite decir que, si sus propuestas no hubiesen sido desoídas, otra habría sido la suerte de muchos de los militantes cuyos nombres integran hoy la nómina de los desaparecidos.

Estas otras cartas actúan como un revelador sobre la placa del escenario del 76, desnudando complicidades y fallos de buena parte del arco político en el pasado, y sus imposturas en el presente.

1Dirigentes radicales secuestrados, el segundo murió por los malos tratos recibidos en cautiverio