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lunes, 20 de agosto de 2012

SIN OPCION A DEBATE




En diferentes oportunidades tuve la intención de sentarme a escribir lo que pensaba de muchas cosas, pero esperar el momento dio sus frutos. En principio quiero contarles que las palabras que están leyendo en estos momentos fueron escritas por una docente.
Me encuentro en un momento en el cual siento un profundo colapso por el manoseo que se le está haciendo a nuestra querida educación. Voy a ser clara: el tema de la presencia de la agrupación “La Cámpora” en las escuelas, es un tema que no se discute. Es una noticia que debe ser conocida, pero jamás llevada a un contexto de debate. Y aquí aclaro que me refiero tanto a los medios oficialistas como a los opositores. Es algo que está prohibido por la ley, para empezar a hablar. Luego, pensemos por un instante en los chicos. Son niños en formación, que están aprendiendo a leer, escribir, comunicarse. Sí, necesitamos una militancia joven, como he escuchado a muchos kirchneristas justificarse. Pero estos chicos no están en edad de militar. Es su tiempo de aprender acerca de su sociedad, del valor que tiene vivir en democracia, y de la importancia de que puedan elegir por quién ser representados. Esta agrupación está adoctrinando a nuestros chicos, a nuestras próximas generaciones. Las mismas que sólo van a considerar, como la historia de nuestro país ya lo mostró, que gracias a un “Nestornauta”, o a que Cristina lo hizo posible, tuvieron una escuela más linda, útiles nuevos, computadoras y demás. 
El Gobierno de la Ciudad no se queda afuera de esta cataclismo que le está sucediendo a la educación. Me gustaría saber, si ese 0800 que ofreció el Gobierno Porteño, también sirve para denunciar el cierre de muchos cursos de escuelas estatales (dado que las educación pública de gestión estatal es un gasto, hay que promover la gestión privada, no?); o el cierre de escuelas domiciliarias que pertenecen a Educación Especial. Hago un paréntesis para explicar que las escuelas domiciliarias son aquellas que garantizan la continuidad de la enseñanza oficial, tanto en nivel primario como secundario, a chicos con diagnósticos oncológicos que se encuentran internados, por ejemplo, en el Hospital Garraham; o a chicos que fueron operado o presentan situaciones de salud que le impiden asistir a clases. Les cuento también, que este año, el Gobierno de la Ciudad cerró una escuela domiciliaria de nivel medio, razón por la cual ha quedado sólo una escuela domiciliaria de este nivel para cubrir las necesidades de todos los estudiantes secundarios que necesitan de este servicio en Ciudad de Buenos Aires.
Vuelvo al planteo inicial. Nuestros representantes están muy ocupados, tratando de mostrar quien les hace más daño a sus ciudadanos. Este es un llamado a la reflexión. Hay cosas que no se debaten, y que tampoco se deben permitir. Entendamos que esta es una democracia, y como tal tenemos la obligación de hacernos representar como nosotros queremos. Nos es fácil asumir este compromiso, pero en estos momentos es una necesidad. 
Hasta mi próxima catarsis……..

Lic.Vanesa, columnista invitada de la Yrigoyen


https://www.facebook.com/pages/La-Yrigoyen/204874196266958

martes, 21 de febrero de 2012



EL PUEBLO TIENE QUE DIFUNDIRLO PORQUE LOS IMPORTANTES LO ESCONDEN

PARA ESTAS EPOCAS ,TAN IGUALITARIAS ......  

  Es muy importante leer esto sobre todo los jovenes para que vean que existen hombres honestos  que pueden gobernar  Claro que como este es dificil pues no los dejan gobernar ni los de derecha ni los de izquierda En cuanto a la honradez podrian tomar ejemplo muchosssss de ILLIA asi con mayuscula
 
Illia en Pijama
Fue derrocado por sus aciertos y no por sus errores. Tuvo el coraje de meter el bisturí en los dos negocios que incluso hoy más facturan en el planeta : los medicamentos y el petróleo.
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Fue la ética sentada en el sillón de Rivadavia
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Por

Alfredo Leuco
Columnista político de
Radio Continental
 en el programa
“ Bravo.Continental ”
conduce
Fernando Bravo
L a V de 13 a 17
Columna leída al aire el
Lunes 15 de noviembre
El sábado, en su glorioso recital, Jairo contó una vivencia estremecedora de su Cruz del Eje natal.
Una madrugada su hermanita no paraba de temblar mientras se iba poniendo morada. Sus padres estaban desesperados. No sabían que hacer. Temían que se les muriera y fueron a golpear la puerta de la casa del médico del pueblo.
El doctor Arturo Illia se puso un sobretodo sobre el pijama , se trepó a su bicicleta y pedaleó hasta la casa de los González.
Apenas vio a la nenita dijo: “ Hipotermia ”.
“ No se si mi padre entendió lo que esa palabra rara quería decir ”, contó Jairo.
La sabiduría del médico ordenó algo muy simple y profundo.
Que el padre se sacara la camisa, el abrigo y que con su torso desnudo abrazara fuertemente a la chiquita a la que cubrieron con un par de mantas.
“ ¿ No le va a dar un remedio, doctor ? ”, preguntó ansiosa la madre.
Y Arturo Illia le dijo que para esos temblores no había mejor medicamento que el calor del cuerpo de su padre.
A la hora la chiquita empezó a recuperar los colores. Y a las 5 de la mañana, cuando ya estaba totalmente repuesta, don Arturo se puso otra vez su gastado sobretodo, se subió a la bicicleta y se perdió en la noche.
Jairo dijo que lo contó por primera vez en su vida.
Tal vez esa sabiduría popular, esa actitud solidaria, esa austeridad franciscana lo marcó para siempre.
El teatro se llenó de lágrimas.
Los aplausos en la sala denotaron que gran parte de la gente sabía quien había sido ese médico rural que llegó a ser presidente de la Nación.
Pero afuera me di cuenta que muchos jóvenes desconocían la dimensión ética de aquél hombre sencillo y patriota.
Y les prometí que hoy, en esta columna les iba a contar algo de lo que fue esa leyenda republicana.
Llegó a la presidencia en 1963, el mismo año en que el mundo se conmovía por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy y lloraba la muerte del Papa Bueno, Juan XXIII.
Tal vez no fue una casualidad. El mismo día que murió Juan XXIII nació Illia como un presidente bueno.
Hoy todos los colocan en el altar de los próceres de la democracia.
Le doy apenas alguna cifras para tomar dimensión de lo que fue su gobierno.
El Producto Bruto Interno (PBI ) en 1964 creció el 10,3 % y en 1965 el 9,1 %. “ Tasas chinas ”, diríamos ahora.
En los dos años anteriores, el país no había crecido, había tenido números negativos. Ese año la desocupación era del 6,1 %.
Asumió con 23 millones de dólares de reservas en el Banco Central y cuando se fue había 363 millones. Parece de otro planeta.
Pero quiero ser lo mas riguroso posible con la historia. Argentina tampoco era un paraíso.
El gobierno tenía una gran debilidad de origen. Había asumido aquel 12 de octubre de 1963 solamente con el 25,2 % de los votos y en elecciones donde el peronismo estuvo proscripto.
Le doy un dato más: el voto en blanco rozó el 20 % y por lo tanto el radicalismo no tuvo mayoría en el Congreso.
Tampoco hay que olvidar el encarnizado plan del lucha que el Lobo Vandor y el sindicalismo peronista le hizo para debilitarlo sin piedad.
Por supuesto que el gobierno también tenía errores como todos los gobiernos.
Pero la gran verdad es que Illia fue derrocado por sus aciertos y no por sus errores. Por su histórica honradez, por la autonomía frente a los poderosos de adentro y de afuera.
Tuvo el coraje de meter el bisturí en los dos negocios que incluso hoy mas facturan en el planeta: los medicamentos y el petróleo.
Nunca le perdonaron tanta independencia. Por eso le hicieron la cruz y le apuntaron los cañones.
Por eso digo que a Illia lo voltearon los militares fascistas como Onganía que defendían los intereses económicos de los monopolios extranjeros.
El lo dijo con toda claridad: a mi me derrocaron las 20 manzanas que rodean a la Casa de Gobierno.
Nunca más un presidente en nuestro país volvió a viajar en subte o a tomar café en los bolichones.
Nunca más un presidente hizo lo que el hizo con los fondos reservados: no los tocó.
Nació en Pergamino pero se encariñó con Cruz del Eje donde ejerció su vocación de arte de curar personas con la medicina y de curar sociedades con la política.
Allí conoció a don González el padre de Marito, es decir de Jairo.
Atendió a los humildes y peleó por la libertad y la justicia para todos.
A Don Arturo Humberto Illia lo vamos a extrañar por el resto de nuestros días.
Porque hacía sin robar.
Porque se fue del gobierno mucho más pobre de lo que entró y eso que entró pobre.
Su modesta casa y el consultorio fueron donaciones de los vecinos y en los últimos días de su vida atendía en la panadería de un amigo.
Fue la ética sentada en el sillón de Rivadavia.
Yo tenía 11 años cuando los golpistas lo arrancaron de la casa de gobierno.
Mi padre que lo había votado y lo admiraba profundamente se agarró la cabeza y me dijo:
Pobre de nosotros los argentinos. Todavía no sabemos los dramas que nos esperan.
 Y mi viejo tuvo razón.
 Mucha tragedia le esperaba a este bendito país.
 Yo tenía 11 años pero todavía recuerdo su cabeza blanca, su frente alta y su conciencia limpia.