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martes, 2 de abril de 2013

Estela de Carlotto, la abuela que no es abuela.



Estela de Carlotto, la abuela que no es abuela.

 Por Pablo Dócimo



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Periodismo de Verdad: 14 de octubre de 2008

 Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, nacida en 1931, L.C. 3.102.995, docente jubilada, presidenta del grupo activista “Abuelas”, fue, aunque usted no lo crea, compañera y amiga de Marta Bignone (hermana del Gral. Bignone) en la Junta de Calificación Docente de las escuelas Laines de la Provincia de Buenos Aires.



Según declaró en el juicio a las juntas militares el 16/05/85, aseguró haberse entrevistado en 1977 con el entonces Secretario Gral. del Ejército, Gral. Bignone, en la casa del militar en Castelar, la misma que tiempo después fue destruida por una bomba terrorista.

La mujer dijo saber, entonces, “perfectamente” que sus dos hijas militaban clandestinamente en las filas del terrorismo, y que “ya había asumido resignadamente tal problema”.

Pese a su postura activista, existe la certeza de que no pudo ser nunca abuela. Cierto día, a mediados de los 70, llegó a un cumpleaños de la hermana de Bignone sumamente compungida porque ‘su hija casada no podía tener familia’. Se refería a su hija Laura. Cabe aclarar que el hoy ex-marido de esa hija sí tuvo hijos con su nueva pareja.

Pero la historia de Estela de Carlotto comienza a fines de 1977, cuando denuncia la desaparición de Laura Estela Carlotto, su hija montonera, cuyo nombre de guerra Rita, sin mencionar ningún estado de embarazo, tal cual consta en el Legajo CONADEP, caso número 2085, incorporado formalmente al expediente de la causa judicial iniciada por el juez Bagnasco.

En agosto de 1978 le fue entregado el cadáver de esa hija, y según sus dichos, “la entrega del cuerpo fue algo inusual, lo entregaron el mismo día de su muerte”.

En declaraciones muy posteriores a la CONADEP comenta acerca de una ‘información anónima’ recibida en Abril de 1978, según la cual su hija estaba embarazada.

Para demostrar la existencia de un nieto, suele decir: ‘Yo vi a Laura, vi los huesitos de Laura, y por los huesitos de la pelvis, supe que había sido mamá’. Ahora, si la hija era estéril, ¿de que hijos habla ?

Pero esta no es la única contradicción, porque si el cadáver de su hija le fue entregado ‘el mismo día de su muerte”, sólo vio los restos óseos después de haberse realizado la autopsia, que se hizo pasado muchísimo tiempo autorizada por el juez Ortel y dirigida por el científico norteamericano Clyde Snow y la colaboración de estudiantes argentinos de arqueología.

Sin embargo, esa autopsia no pudo demostrar la maternidad de la terrorista muerta.

Esta mujer parece adepta a hacer comentarios con una peculiar imaginación, sin asidero y/o prueba alguna. A David Blaustein, director de la película propagandística “Botín de Guerra”, le dijo: “los apropiadores del Ejército elegían a los varones y los policías a las nenas. Los milicos querían la continuidad de la raza, los policías a las nenas…” (Diario Río Negro, 11/6/2000).

La realidad, que consta en la causa originalmente ante el juez Bagnasco, es que en el caso Carlotto no hay testimonios ni evidencias sobre embarazo, parto y/o sustracción de menor, no hay cuerpo del delito y no se aplica inversión de la prueba.

Dos testigos sólo afirman haber visto a la mujer luego de un presunto parto que no les consta.

La jueza Servini de Cubría, a cargo en su momento del caso Carlotto, ya que Bagnasco llevó la parte del presunto plan sistemático, intentó demostrar que el hijo de un general era ‘el nieto de la Carlotto’.

Pese a las críticas de la presunta “abuela”, el director de la clínica que hizo el ADN mantuvo su dictamen favorable al general.

Nunca se habló más del asunto, pese a la espectacular difusión inicial; como el caso de Mar del Plata en el 2000, sensacionales denuncias, personal de la Armada detenido, y luego un manto de silencio cuando el ADN probó que eran todos hijos verdaderos de los marinos.

A principios de 2002, “Abuelas” ya había recibido U$S. 600.000 (sí, DOLARES) de subsidios del gobierno argentino. Hoy sigue recibiendo dinero del mismo gobierno, del de Italia, del de Alemania, del de Francia y de muchos ingenuos y/o malintencionados más.

Al no ganar el premio Nobel de la Paz para al que “Abuelas” fuera propuesto en 2001, Carlotto comentó: “Quizá se lo dieron a Koffi Anan por el rol que se espera cumpla la ONU en esta guerra tan injusta…” (La Razón, 19/11/01), calificando así de “injusta” a la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, no se priva de aceptar las invitaciones de la ONU ni los premios que le otorgan.

Con esto de la memoria, la Carlotto parece ‘recordar’ cada vez más cosas. Así como no denuncio el supuesto embarazo de su hija en su momento, recién en marzo de 2004 incriminó judicialmente al ex arzobispo Antonio Plaza, diciendo que este participó personalmente de una entrevista en la cual se le pidió a su marido dinero para interceder por su hija terrorista desaparecida. Según ella, ‘era una suma enorme, tanto que para obtenerla, dijo ‘hubiésemos tenido que vender absolutamente todo lo que tenemos’ (El Civismo, Luján, 20/03/04).

Si esto fuera cierto, y aceptando la repugnancia que genera un pedido de rescate, la pregunta es, ¿su hija no valía ‘todo lo que tenemos’?

Claro que todo esto es denunciado cuando monseñor Plaza ha fallecido, lo mismo que su propio marido; es decir, no hay testigos de la veracidad de sus dichos.

Desde la llegada del montonerismo al gobierno, la Carlotto se ha vuelto más mediática que de costumbre. Pero mucha exposición también es peligrosa, tal cual demuestran estas noticias de 2004:

Noticia 1:

‘El abogado Emilio Guillermo Federico Nazar, especialista en Derechos Humanos y director del diario Pregón de La Plata, indicó que ‘la justicia debería demostrar si el nieto de Estela de Carlotto existe o es lo que es: una mentira’.

De esta manera, Nazar hizo referencia a la presentación, que en 2001, había efectuado ante la Unidad Funcional de Instrucción Nº 3 de Dolores, para que ésta se expidiese sobre la existencia o no del nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien aún no ha recibido ninguna respuesta efectiva.

En diálogo con Agencia NOVA, Nazar acusó a Carlotto de llevar adelante una lucha que, según sus propias palabras, ‘no le corresponde’.

Asimismo hizo mención a que, ‘de comprobarse la inexistencia de su nieto nacido en cautiverio, las reuniones mantenidas en el Vaticano con el Papa y su candidatura a la obtención del Premio Nóbel de la Paz, quedarían injustificadas’ (cable de la agencia Nova, del 13/05/04). Pese a la seriedad de la denuncia, sigue durmiendo en el escritorio de algunos de nuestros ejemplares magistrados.

Noticia 2:

‘Otros elementos del conflicto son las disensiones entre grupos de madres: las que rodean a Bonafini se oponen a las que prohíja Horacio Verbitsky, y todos ellos contra Estela de Carlotto, amiga de Solá y progenitora del secretario de Derechos Humanos de la Provincia, que la insacularon presidenta del Comité Bonaerense de la Memoria, al costo del erario provincial:

Un fallo inminente podría obligar a Carlotto a devolver 10.000 pesos por des manejo en las cuentas, de lo cual Carlotto acusa a Gabriela Cerrutti, del grupo Verbitsky.’ (La Nueva Provincia, 24/03/04). Como era de esperar, el asunto ‘desapareció’ de los medios…

El abogado actual de Estela Carlotto es Ramón Torres Molina (D.N.I.Nº 5.176.035), ex-diputado por el FREPASO-Alianza, ex dirigente del peronismo revolucionario (terrorista), autor del proyecto de ley que permitió la libertad de los terroristas de La Tablada, condenado por doble homicidio y robode bancos, puesto en libertad por la Ley de Amnistía de Mayo de 1973, que liberó a miles de terroristas ya juzgados y en espera de juicio, y luego ‘Director Ejecutivo de la unidad especial de investigacion de la desaparición de niños como consecuencia del accionar del terrorismo de Estado’, una nueva comisión especial creada por K. y su séquito. ¿Las comisiones especiales no están prohibidas por la Constitución Nacional? Sí, pero como ya tuvimos una CoNaDep, y Juicios de la Verdad, entonces sigamos, eso sí, con presupuesto, sueldos, oficinas, etc. pagadas por nosotros.

Todo lo expuesto nos remite a conocidos axiomas y refranes: ‘Todo queda en familia’, ‘Miente que algo queda’, ‘Dios los cría y ellos se juntan’, ‘Tal para cual’, etc.

Pero la cruda triste realidad, es que gente como la falsa abuela Carlotto tiene acceso directo al gobierno montonero, influye en las decisiones referidas a la Educación y a la Legislación para nuestros hijos menores, tiene injerencia en los asuntos jurídicos y vaya a saber qué más.



Pablo Dócimo

Locutor y Periodista

Fuente: Notiar