sábado, 12 de marzo de 2011

Raúl Ricardo Alfonsín: UN RECUERDO PARA COMPARTIR


 Como todos sabemos, de no haber sido por una cruel enfermedad y por la lógica de la vida, Raúl Alfonsín, el “único Presidente capaz de hacernos creer que lo que se enseña en la escuela es Verdad”, hoy cumpliría 84 años de edad. Su muerte, dejó a nuestro país - y, por qué no a Latinoamérica toda- huérfana de estadistas, categoría superior de políticos, a la que sólo muy pocos acceden. Fue el último representante de una especie en extinción: el político de raza; el caudillo de tribunas; dueño de un discurso impecable, elocuente, argumentativo y, hasta pedagógico, antes que la diatriba y el denuesto. Sus discursos son piezas magistrales de oratoria.

Honesto, austero, culto, pluralista, de sólidas convicciones, fue objeto de profundos rechazos y afectos, también profundos. Pero, más allá de las diferencias individuales y los errores políticos que -como todos- tuvo, en un momento todavía muy difícil para el país, tuvo el coraje de llevar adelante el enjuciamiento legal y condena a los responsables del genocidio que había asolado a nuestro país (fue el primer Jucio contra ex dictadores en América latina); llevando el conocimiento de las atrocidades que habían cometido a través de la CONADEP (Comisión Nacional de la Desaparición de Personas), cuyo Informe Final se reseñó en el difundido libro "Nunca Más". El mundo entero lo reconoció y, en lo sucesivo, nadie pudo hacerse el distraído.
Conadep, Paz con Chile, Mercosur, divorcio vincular, Asamblea Permanente por lo Derechos Humanos... hoy forman parte de la comprensible cotidianeidad, porque él tuvo el coraje de ponerlos en  la agenda.
Las responsabilidades y tareas de gobierno no lo alejaron del mundo de las ideas y de los grades debates intelectuales sobre la democracia, la relación entre libertad e igualdad; los desafíos del desarrollo y la globalización. Escribió: "La cuestión argentina", "Fundamentos de la República democrática","Democracia y consenso" y "Memoria política", libros todos llenos de ideas y valores republicanos.
Raúl Alfonsín fue, desde el principio y hasta el fin de su vida, un político de partido; el líder de la fuerza más antigua de nuestro país, la UCR; pero también, y por sobre todas las cosas, fue un político empecinado en superar los antagonismos y encontrar, como a él le gustaba decir los "denominadores comunes"; por lo cual, en esta época, signada por la intolerancia, la corrupción y la pretensión de imponernos un pensamiento hegemónico su figura se yergue como un ejemplo a imitar por las generaciones presentes y futuras.
Como si haber sido el último Presidente que tuvo un proyecto de país, no alcanzara o fuera poco, finalizó su mandato con menos dinero del que tenía cuando lo había comenzado y jamás una denuncia y, ni siquiera sospecha de corrupción, echaron sombras sobre su honestidad.
En el Panteón de los Héroes de la civilidad y el coraje cívico, Raúl Alfonsín ya ocupa un merecido lugar de privilegio: el incansable luchador ya descansa en Paz.
Gracias por todo Raúl… yo te amé.
Fresia Robinson

3 comentarios:

Raul Quaglia dijo...

Es un enorme placer que Fresia Robinson haya escrito este homenaje al Doctor Alfonsin, comparto sus conceptos sobre la figura de RA, un presidente que podía caminar por las calles sin ser insultado, que no se hizo millonario con la función publica, ni hizo millonarios a sus amigos.
Descanse en Paz Doctor, y ojala que logremos la Argentina que nos merecemos, como usted decía.

Fresia Robinson dijo...
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Anónimo dijo...

Hola. Yo no estoy en twiter, pero siempre entro a este blog: me gusta, a pesar de que no dejo comentarios. Hoy tuve el enorme placer de leer un post de la Lic Fresia Robinson, que fue mi profesora y, obvio, la mejor. Comparto los conceptos sobre el Dr Alfonsin y ojalá podamos tener esa Argentina que Ud quería.
Cariños, querida profe. Natalia Cisneros Silva